domingo, 9 de mayo de 2010

Agua, por favor

He descubierto que una de las peores cosas que nos pueden suceder, es que tras dar bocado a una manzana, se quede una bola intragable en la garganta que no te deja respirar con normalidad, ni disfrutar de lo que quizás podrías comer con placer.

Tras morder y pretender tragar, sientes que algo no va bien, o por lo menos no es como debería ser. Entonces intentas hacer todo lo posible para que la maldita bola de alimento termine de pasar por el interior del cuello, haciendo un esfuerzo sobrenatural; y es frustante creer que no puedes hacer nada, admitir que ese sacrificio no te va a recompensar, porque la masa de comida sigue empeñada en enyugarte y aferrarse a tu campanilla hasta casi asfixiarte, pero sin llegar a hacerlo.

Probablemente lo peor de todo, es esto, que durante un tiempo te encuentras en un punto intermedio en el que no puedes respirar pero tampoco dejas de hacerlo. No sabes si es mejor dejar que la manzana acabe contigo o seguir peleando para que tanto tú, como el trozo de eso con lo que luchas, lleguen a buen puerto.

Aunque el tiempo sigue su camino al mismo ritmo que antes, mientras tú te agobias y angustias luchando contra la preocupación, el miedo y ese trozo de manzana que te asfixia, parece que todo es una eternidad. Sabes que mientras la fruta tiene libertad para elegir si matarte definitivamente o no hacerlo, tú solo tienes un tiempo muy corto para darlo todo y salir victorioso, o morir por ser incapaz de conseguirlo. Y cada vez estás más cansado y tienes menos aire.

Y si parecía que nada podía ser peor, no tardarás nada en darte cuenta de que ahora estás solo, no hay nadie a tu lado para darte unos golpes en la espalda que te ayuden a escupir el problema o te animen a seguir batallando por lo que quieres, a desengancharte de esa manzana que te tortura o quizás reanimarte si finalmente dejas de respirar y ella ganara la guerra.

Quizás nunca te haya ocurrido esto, a lo mejor te ha ocurrido una vez, y has olvidado lo que significa debatirse entre la vida y la muerte, pero cuando menos te lo esperes volverás a recordarlo, y tienes que creerme, no es una sensación muy agradable.

Creo que la palabra que mejor lo describe es "desesperación", es igual que estar muriendo de hambre y solo tener una manzana para comer, pero no tener dientes para poder hacerlo. Casi sientes lo mismo que cuando no quieres llorar y se te forma un nudo horrible en la garganta, pero sabes que es inevitable, y que tarde o temprano empezarán a rodar las lágrimas por tus mejillas.

Es no poder evitar ponerte nervioso y morderte las uñas; sentirte impotente; es rabia; es querer sentir el sol en la piel pero que las persianas estén bajadas; es intentar respirar bajo el agua como si fueras un pez, aunque sepas que es una tontería; es esperar a que te crezca el pelo y que tus puntas abiertas nunca lleguen a donde esperas.

También es recordar tu olor un instante, que se aleje y no saber cuando volveré a tenerlo; es miedo; es creer que quizás en un futuro cercano solo te acompañarán las canciones que te traen recuerdos y tristeza; la obligación de olvidar;  que unas veces vienes y otras te vas; es leer una carta y no saber quién la escribe; es intentar vomitar los problemas; intentar escribir cuando el bolígrafo no tiene tinta; el final de la película que no te gustó; caminar en círculos; quemarte cuando bebes tu café; que se apague el mechero cuando intentas encender el cigarro; querer volver al pasado; es no saber si creer o no; es perderte y no saber cuando encontrarás la salida; no entender un chiste y que todos se rían; simplemente, no entender; es intentar dormir pero no poder y dar vueltas y más vueltas en la cama pensando en lo que te preocupa; que todavía sigas leyendo esto y te estés cansando y quizás quieras parar de leer, pero no puedas saber si más abajo encontrarás algo que te interese.

Es descubrir que mientras yo escribo, o tú lees esta entrada, solo pensamos en una persona; es saltarte las reglas; pensar que quizás te puedas arrepentir; no saber que pasa por la cabeza de esa persona; extrañar a alguien; es suspirar y no saber por qué; es igual que cuando eras pequeño y no podías esperar a que vinieran los reyes; es creer una mentira que sabes que lo es; es escribir tonterías en las manos y que después no puedan borrarse; intentar sonreír y no poder; ser incapaz de odiar; es saltar sin paracaídas; es querer más libertad; es necesitar un vaso de agua para dejar de ahogarte; es una manzana en mi cabeza.


2 comentarios:

  1. Me encanta.

    El último párrafo me mata, demasiadas verdades juntas.
    ¿Y si no pienso sólo en una, sino en dos personas?

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  2. Pues entonces hablamos de dos manzanas. :)

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